Siempre que hablamos de alguna experiencia no solo nos referimos a un momento, por lo regular también son personas y emociones. Con las experiencias, la memoria resalta solo lo mejor de las circunstancias, esto quiere decir, que cuando invertimos nuestro tiempo en vivir momentos especiales nos concentramos más en todo lo divertido, en quien nos acompañó, lo mágico de apreciar la vista, el lugar o ese preciso instante por lo cual dejamos por completo de lado si tuvimos que esquivar a mucha gente, si empezó a llover o si tuvimos que aguantar a niños exaltados.

A demás de eso, una experiencia memorable es mucho más difícil de comparar pues, entre personas se presta a tener muchas interpretaciones distintas, a algunos nos gusta caminar mucho y conocer paisajes a otros nos agrada más estar en un hotel de lujo siendo atendidos como reyes o en un lado contrario nos gusta acampar y sentir la naturaleza. Pero cuando nos regalan algo un objeto sea cual sea se presta a comparaciones sobre que es mejor a que lo cual en ocasiones nos desanima por no tener lo que queríamos.

En general, las experiencias son mejores que los bienes materiales porque solo la expectativa de una experiencia venidera, genera mucha más felicidad que el estar esperando a comprar un bien material ya que muchas ocasiones lo que nos genera es más estrés que bienestar.

Viajar en globo aerostático es precisamente una de esas experiencias que jamás podrás olvidar pues no solo es algo que se comparte con quienes más queremos, sino que también estás viviendo la aventura al máximo, con esa inconfundible sensación en la boca del estómago de que algo desconocido y mágico nos aguarda, sintiendo los nervios y la emoción de vivir la asombrosa vista del amanecer. Pero no te preocupes pues una vez que todo comience notaras lo tranquilizador y amigable que es estar allí.

¡Eso y más puedes experimentar viajando con #GloboSanMiguel!